sábado, 24 de septiembre de 2011

Back To Black




Back To Black

Porqué a las niñas les gustan gritar?.

Todo era calor, aun menos a la sombra, al cuerpo le pusieron en una caja frigorífica, con remaches de acero y manivelas de última generación, la familia, tres hijas y un hijo de cabeza blanca y calva en la mitad de la cabeza, quiso que su padre estuviera en su casa, allí agonizó, allí sus hijas lloraban como magdalenas, sobre todo la mayor, el ojito derecho del padre. Por más vulnerable y cariñosa.

Fina, la farmacéutica de la plaza, tenía las rodillas irregulares, aunque blancas y suaves, las escondía bajo la bata blanca apenas abrochada por un par de botones, simpática, atenta, siempre con la actitud de paciencia para las señoras mayores, con prisas para tender la ropa, con bondad para el neófito en barbitúricos y antihistamínicos y como no con los niños pequeños, siempre un caramelo en su bolsillo derecho, ahora.., los bebes eran su apreciación mas insospechada y misteriosa, aunque hacía su papel: “Cuantos meses tiene?, que rico! Uy! que gordo esta para su edad!!, que guapo! “el impúber apenas sobresalía de la bascula evolutiva, similar a los pesos antiguos de carbón.

Magdalena era la segunda, rubio teñido, un montón de arrugas que por no deseadas, aún se mostraban más, antiguo amor de marinero y de Rafael Casanova, aquel día apenas se había arreglado, no sabía ni que ponerse, no quería ponerse de negro , pero influida por sus hermanas se colocó una blusa negra con rayitas blancas, al poco se la quito y se puso una malva que le caía mejor, cuando salió al comedor ante el retablo allí representado, se volvió a poner el negro solicitando la opinión del marinero. Tú ponte con lo que estés más cómoda, escucho su sugerencia pero ni esa opinión la valió para desentrañar su duda. Entraba y salía de la casa ostensiblemente nerviosa y con chorretones de las lágrimas por su cara.

La silicosis se le complicó con una neumonía y con los ochenta y un años de ir de acá para allá, pero lo más gordo, lo que realmente acabó con él fue la ausencia de Pepa, la mujer de su vida.

La mujer menuda de cabellos negros, media melena, salió de la farmacia con el bebé en brazos, ese día estaba contenta, su amadísimo niño, la razón de su vida, había ganado peso, dejo la estela de su maravilloso cuerpo al salir de la botica, su vestido de lanita veraniega, negro y suelto dejaban vislumbrar su ropa interior, sus brazos delgados pero tersos o suaves, al gusto del recién nacido, apenas cuatro meses.

En la televisión Olli Rehn solicitaba un nuevo recorte del gasto por el 1,75 % del PIB de la Eurozona.

A Pepa se la llevó el colesterol y un corazón que no le cabía en la caja, fue antes de la burbuja inmobiliaria y de que la mujer menuda se fuera a vivir con aquel chico trabajador y cariñoso, un poco apático y tendente a la melancolía pero bueno para ella, lo de su familia se iría arreglando poco a poco, al menos eso pensaba entonces.

Fina recortaba códigos de barras y ordenaba un montón de recetas de color naranja, el hecho de tener que atender bebes lo iba superando poco a poco, estaba en pleno proceso aunque aun notaba leves temblores en las piernas.

Rodrigo Rato, en una conferencia invitado por el PP, solicitaba unir los salarios a la productividad

Pili, la tercera hija, la menor de todos, la más dispuesta, que no por ello, la menos llorosa y sentida, atendía a toda aquella prole de vecinas, amigos y familiares venidos de otras provincias, se preocupaba de que todos estuvieran cómodos, sentía su agradecimiento en su enorme pecho, y aunque la escena era trágica, no perdía el buen humor y fumando con los fumadores en el portal contaba alguna anécdota de su querida madre, voluminosa como ella, de tez blanca, fuerte y dinámica, pensando siempre en todos.


Puente de Toledo (Madrid) año Mari-Castaño
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